La Ruta del Vino de La Mancha

La Ruta del Vino nace en La Mancha

La llanura manchega alberga mucho más que un paisaje. Es en su horizontalidad, en su clima de secano, en su tierra arcillosa y arenosa donde afloran los infinitos campos de viñedos

La vid es la red que sostiene la comarca. Pero no solo es una de las actividades económicas más importantes. La cultura del vino está estrechamente ligada con La Mancha y forma parte de su imaginario colectivo, hasta el punto de que decir la Mancha rememora siempre un recuerdo al vino, a las bodegas. Buena prueba de ello, son sus tradicionales fiestas del vino celebradas en época de vendimia a lo largo y ancho de su geografía.

Además, es considerada como la región vitivinícola con mayor amplitud del mundo. Cuando uno viene a la Mancha no tiene que esforzarse en mirar el viñedo, es el viñedo el que le mira a uno. En su día se tuvo clara la necesidad de promover una denominación de origen La Mancha para ordenar y reforzar el reconocimiento de esta tierra a través de su producto estrella en todo nuestro país y hoy ya, en todos los países.

Disfrutar de una degustación de la gastronomía manchega peculiar en sus ingredientes, reflejo puro de la sociedad y la tierra que la generó, con unos platos sin alharacas pero capaces de fijarse para siempre en la memoria y que se arraigan en tradiciones centenarias; o visitar una bodega para degustar sus vinos, sin intermediarios de la tinaja o la barrica a la copa y de ahí al corazón. Son solo algunos de los privilegios que cualquier visitante tiene a cambio de un poco de su tiempo.

Ruta del Vino de La Mancha
Ruta del Vino de La Mancha

Conocer los verdaderos molinos que revolucionaron la tecnología de siglo XVI y que inspiraron a Cervantes como hoy lo inspirarían unos monstruosos Transformers, y que pueden verse tal y como eran, incluso algunos haciendo moliendas visitables,  o recorrer el patrimonio arquitectónico y la arqueología industrial de cada uno de los pueblos manchegos, que también tuvieron industrias aunque no el capital suficiente ni una burguesía concienciada para sostenerlas, son solo algunas de las actividades que propone la Ruta del Vino de la Mancha,

Se trata de una de las más de 30 rutas dedicadas al enoturismo que hay en España. “Uniendo sinergias entre los diferentes pueblos de la zona, incentivamos un turismo más amplio. Así, hacemos que el turista pueda tener una experiencia completa de varios días con los diferentes paquetes turísticos que comercializamos”, comenta Raúl Zatón, presidente de la Ruta del Vino de La Mancha.

Raúl Zatón, presidente de la Ruta del Vino de la Mancha
Raúl Zatón, presidente de la Ruta del Vino de la Mancha

“Nuestra ruta es de la más antiguas de España. Se puede decir que las rutas del vino de nuestro país nacieron en La Mancha, en vista del gran producto que se creó. Poco a poco, estamos consiguiendo que el enoturismo manchego gane peso y se le dé ese valor y ese reconocimiento como una parte importante del turismo español”, argumenta Zatón.

Aunque por ahora el turismo nacional es el predominante “cada vez va habiendo más público internacional que se anima a probar este tipo de turismo”. Algo que desde Nación Mancha hemos visto tras finalizar la pandemia, después de que muchos de los que nos visitaron al optar por el turismo interior cuando el covid limitaba otro tipo de viajes, ahora, ya sin pandemia, vuelven, porque algo tiene esta tierra que cuando vienes, cuando te dejas mirar por ella, te haces manchego o manchega, te sientes parte del territorio, te llenas de los aires y vientos que mueven los molinos y las conciencias.

También los jóvenes, perfil más reacio al consumo de vino, comienzan a optar por el enoturismo. “Tenemos un público muy variado, y por suerte cada vez se va sumando el público joven. Este es el que siempre cuesta un poquito más atraer, pero que poco a poco lo vamos haciendo con actividades variadas”, explica el presidente de La Ruta del Vino.

El clima seco, las escasas lluvias, las más de 3.000 horas de luz o la tierra caliza son el caldo de cultivo idóneo para elaborar el vino manchego. Zatón explica que en La Mancha hay alrededor de “25 variedades que se producen con aromas y sabores diferentes e intensos. Desde las tradicionales uvas blancas que son la identidad manchega, a las tintas, pasando por la sensibilidad del tempranillo. Y sin olvidarnos de las variedades foráneas, como el Syrah, que se han adaptado perfectamente a la tierra. Producimos vinos jóvenes o envejecidos en barrica, en general de todo tipo, porque la llanura manchega permite la elaboración de cualquier vino”.

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