Por segundo año consecutivo el ayuntamiento de la localidad manchega ha llevado la creatividad a sus calles a través de un certamen de pintura mural
El grafiti como movimiento artístico tiene una larga historia. Aunque nace unido a la cultura hip-hop estadounidense de las décadas de los 70 y 80, pronto este género tomó fuerza para expandirse al resto del mundo.
La zona de La Mancha no es ajena al arte urbano. Sus calles son protagonistas de estas representaciones, que cada vez se hacen más habituales, también lo son sus viejos silos. Unas infraestructuras que hace décadas quedaron en desuso y que el tiempo, a veces caprichoso, relegó al cajón del olvido. Edificios que, en otra época, sirvieron como almacenes de grano y que hoy viven su propio renacimiento con el proyecto de la Diputación provincial `Titanes de la Mancha´.
La pintura mural tiene la facultad de convertir espacios grises y abandonados en lugares llenos de color y modernidad. Porque esta disciplina artística puede ser un reclamo para el turismo y un motivo más para conocer los pueblos manchegos desde otra perspectiva. Como ya sucede con estos silos rehabilitados que forman parte de la ruta ‘Titanes’.
En Socuéllamos, los más de dos kilómetros que se extienden por el antiguo paso del tren, conocido popularmente como el `paseo del colesterol´ serán de nuevo el lienzo del II Certamen de Arte Urbano. “Este muro, por su antigüedad, tiene un valor histórico. Por eso, la idea es convertir todo ese boulevar, algo sombrío, en un recorrido lleno de vida, de color y que pueda ser un museo artístico al aire libre. Por tanto, nos comprometemos a cuidar estas obras de arte todos los años, para procurar que el paso del tiempo no las desgaste y perduren”, destaca Jesús Daniel Mateo, concejal de Juventud de Socuéllamos
De Salamanca a La Mancha, por su amor al grafiti
Nego es el nombre artístico del grafitero salmantino que el año pasado ganó el primer certamen de pintura mural celebrado en Socuéllamos. Hizo sus pinitos en el mundo del grafiti a principios de la década de los 2000. Primero, solo realizaba pequeños bocetos en papel, aunque más tarde se aventuró a llevarlos a cabo en la pared. “Me empezó a llamar la atención los grafitis que veía cuando andaba por la calle y quise imitarlo. La verdad, es que siempre se me ha dado bien pintar y dibujar, así que decidí ponerme a ello”, afirma el joven.
Su habilidad y creatividad con el grafiti le empujaron a graduarse en Bellas Artes. Una pasión que le llevó a recorrer los más de 300 km que separan su ciudad natal para adentrarse en tierras manchegas. Nego comenta a Nación Mancha que siempre suele buscar en internet concursos de este tipo. “Cuando me compensa ir a los sitios donde se celebran, me apunto. Y si gano, pues esa alegría que me llevo”, explica mientras se ríe. “Estos certámenes son una experiencia muy positiva, porque aparte de poder pintar, me permiten conocer gente nueva y descubrir lugares”.
Bajo el retrato de una mujer como protagonista, Nego hizo un homenaje a las mujeres fuertes y empoderadas. Con un diseño que no se aleja de la “esencia del grafiti”, comenta su autor. Esta temática fue la elegida por el grafitero para inmortalizar su obra en el viejo muro del tren. Una manera de dejar su huella en Socuéllamos.