Por Patricia María Illescas Serrano
Lo llaman el Carnavalcázar y se celebra desde hace más de 200 años durante las celebraciones navideñas caracterizándose por su diversa y original programación.
A lo largo del mes de enero, si no es antes, muchos manchegos se preparan para celebrar el Carnaval, un desfile de máscaras, de fiesta y celebración que tiene su origen en una festividad pagana. Muchos ya están arreglando sus disfraces, intentando si es posible superar el del año anterior así como organizando actividades y reuniones para disfrutar de este espectáculo carnavalero que tiene su comienzo en el miércoles de ceniza según el calendario cristiano. Sin embargo, esta fecha común para la mayoría de pueblos no significa nada para alcazareños, ya que ellos dan comienzo al carnaval en plena navidad. ¿Y por qué y desde cuando? Te lo contamos.
Según la denuncia de un alcazareño del s. XIX reflejada en el Archivo Diocesano de Toledo, la Nochebuena de 1813 justo antes de la Misa del Gallo y delante de la iglesia, un grupo de “paganos” armó una fiesta ante las puertas del templo con danzas y monteras incluidas. Los vecinos, en lugar de apresurarse para acudir a misa, se quedaron expectantes ante semejante baile que, a ojos del denunciante, terminó con la profanación del sacro edificio. Según cuenta el documento, los “paganos” alcazareños se adentraron en la iglesia para continuar con la fiesta en el interior. Se metieron en los confesionarios y púlpitos, cantaron y bailaron, hombres y mujeres juntos y revueltos sobre el altar, incluso recitaron discursos burlescos acabando todo en un desenfreno descontrolado. Aunque en un primer momento el sacerdote a cargo los expulsó de la iglesia ante semejante guirigay, la fiesta pagana había tenido éxito entre los vecinos, tanto fue así que el prelado de dicho convento donde ocurrió todo, pidió que se repitiera el espectáculo el Día de los Santos Inocentes. Cuentan que este grupo de alcazareños no eran paganos, si no campesinos que traían una constante disputa con los nobles y adinerados de la localidad manchega, no tenían poder ni dinero ni tierras para enfrentar a sus contrincantes, pero sí podían llevarles la contraria, pues tenían el apoyo del resto del pueblo. Fue así cuando este grupo de ciudadanos quiso contraponerse a la alta sociedad en algo tan importante como la celebración cristiana de la Navidad, imponiéndose así una nueva costumbre nacida del pueblo y para el pueblo que quedaría escrita y vigente hasta la fecha en la historia de Alcázar de San Juan.
A partir de entonces comenzó a celebrarse el carnaval en el mes de diciembre y no febrero o marzo como el resto de lugares de nuestro país, siendo esta tradición popular impulsada por el gobierno municipal de la localidad que la potenció y reivindicó hasta la lograr el título de Interés Turístico Regional en 1991. Solo dos años después ya se había acuñado el término “carnavalcázar”, convirtiéndose en una de las fiestas locales más importantes de Alcázar de San Juan conociéndose su originalidad a lo largo y ancho de la región.
