La educación es la que asienta las bases del futuro de una sociedad, y en La Mancha uno de los pilares sobre el que se basa su mañana es la EFA “Molino de Viento” de Campo de Criptana. Este curso, su nuevo director es Jaime Orejas, quien ha atendido a Nación Mancha para narrar el día a día de este centro educativo y cómo contribuye a mejorar a la sociedad manchega, a la comarca criptanense y a colocar los cimientos de su futuro.
En primer lugar, ¿cómo han sido sus primeros meses en el centro? ¿Qué ha percibido y cómo ha sido su toma de contacto?
Sobre todo, nos hace ilusión seguir con el proyecto que tenemos de la enseñanza personalizada. Es un modelo que siempre tendrá mucho alcance y mucho recorrido. Centralizar todo en los alumnos e irles dando la educación a cada cual la que va necesitando y solicitando las propias familias, es un proyecto siempre apasionante, porque se renueva cada año, con cada alumno, con cada familia. Nosotros aportamos acompañamiento, y eso es fundamental, tanto al alumno como a las familias.
¿Cómo afrontan las nuevas etapas y los nuevos cursos ahora que está abierto el periodo de inscripción?
Durante estas semanas han ido dando a conocer a todos los posibles alumnos de pueblos de alrededor el centro y su oferta educativa. Ahora estamos con los brazos abiertos para todo aquel que tenga interés y quiera conocer nuestro modo de trabajar. Convertimos todo el mes de febrero en una gran jornada de puertas abiertas. Sabemos que hay gente que está viniendo a conocer nuestras instalaciones con mucho interés, a ver nuestro sistema de educación y tecnologías y por eso estamos muy ilusionados ante los próximos meses.
Cumplen 50 años como centro en Campo de Criptana, supongo que es algo que les llenará de orgullo, ¿no?
De hecho, tendremos unos eventos que se organizarán para el entorno de abril y mayo, aunque ya estamos con un pequeño campeonato deportivo. La EFA nació como una pretensión de dar formación a la gente del medio rural con el gran objetivo de que no se desarraiguen de su entorno, de potenciar al 100% sus posibilidades. Ahora que se habla tanto del abandono del medio rural, queremos luchar en contra de eso, queremos conseguir que haya profesiones competitivas y atractivas en el medio rural de tal modo que se pueda quedar aquí la juventud.
Hay tres pilares fundamentales que dan vida a vuestro proyecto: educación personalizada, pedagogía propia en Formación Profesional y amplia participación social, ¿no?
Efectivamente, esos tres pilares nos facilitan que la gente no se sienta con ganas de abandonar el medio en el que vive. De hecho la formación profesional en alternancia o dual propicia que la oferta profesional del entorno se adecúe a las enseñanzas y al revés que las enseñanzas se ajusten a lo que demandan las empresas.
Una EFA, como el resto de centros de formación, fija población. Y más si las modalidades ofertadas se adaptan a la oferta laboral de la zona; y algunos pueblos de esas zonas corren el riesgo de perder población, ¿cómo se construye esa cadena? ¿Qué consecuencias tiene no hacerlo con centros formativos?
Efectivamente, hay que descubrir que la gente de nuestro entorno descubra profesiones atractivas aquí mismo. Hay muchas empresas muy competitivas en nuestro entorno. Tanto en el entorno agropecuario como en la elaboración de aceites y vinos hay grandes profesionales que no tienen por qué irse a otros sitios a buscar un desarrollo profesional, deben encontrarlo aquí.
Cuando habla con compañeros de gremio de otras comarcas o regiones más pobladas, ¿qué echa en falta o valoras más respecto a la nuestra?
En toda nuestra zona hay una sana inquietud por mejorar y crecer profesionalmente, y eso hay que conseguir contagiarlo en otros entornos. De hecho, nos están empezando a venir otros alumnos que vienen de fuera, porque nuestra titulación por ejemplo en el tema de vitivinicultura y calidad en la industria alimentaria es puntero. De tal modo, que con las industrias que hay aquí, hay que seguir consiguiendo que nuestros alumnos se queden y que se fije población.
¿Cómo ve el futuro de esta comarca?
Prometedor, pero hay que seguir sembrando el futuro a través de la educación de nuestros adolescentes y jóvenes, adecuando su formación a las necesidades del entorno empresarial y comunitario.