La presidenta de la Cooperativa Vinícola del Carmen Julia Mercedes Leal asegura que está en la mano de los propios manchegos potenciar nuestra identidad y cultura a través de nuestros productos y todo aquello que representan.
Esta bodega ubicada en Campo de Criptana es una de las líderes en el sector en cuanto a la producción de vino, uno de los productos clave del tejido empresarial en La Mancha. La presidenta insiste en que “parte de la responsabilidad de que nuestra tierra no tiene el reconocimiento que merece, es de los propios manchegos, que no somos conscientes del importantísimo papel que tenemos y si decimos que hacemos mucho vino, lo decimos con la boca pequeña, cuando es algo de lo que sentirnos orgullosos”.
Vinícola del Carmen no solo supone un negocio de éxito y relevancia para el tejido comercial y laboral de Campo de Criptana, sino que como muchas cooperativas, supone un elemento representativo de La Mancha, de sus productos, pero también de su cultura, ¿cree que su papel en el ámbito cultural está tan reconocido como en el mercado empresarial?
Definitivamente no. Creo que a nivel empresarial los productos manchegos tienen un peso importante, pero no a nivel cultural. También considero que las cooperativas no hemos sabido hacer todo lo posible para tirar por ese camino y comprometernos con la identidad que representamos. Por supuesto nos dedicamos a la producción de vino, pero tenemos en nuestra mano los recursos y el escaparate perfecto para potenciar la visualización de nuestra tierra, y es ahora cuando estamos empezando a realizar proyectos con esta causa.
Castilla-La Mancha produce más de la mitad del vino en nuestro país y aún así somos la España vaciada, los pueblos pequeños y el campo desierto a ojos de muchos. ¿Considera que de alguna forma a los manchegos les falta no solo reconocimiento a su identidad cultural sino herramientas o recursos para seguir potenciándola?
Nos falta de todo, reconocimientos, herramientas, recursos, pero sobre todo que nos reconozcamos nosotros mismos. He oído cómo gente del pueblo dice cosas como :”total para lo que tenemos aquí…”; y es que la gente que viene de fuera se queda deslumbrado por nuestro pueblo y por sus molinos, y somos nosotros mismos los que no lo valoramos como deberíamos, lo mismo pasa con nuestros productos. Otras regiones han trabajado mucho por crear una marca, una proyección de identidad regional, y a nosotros eso nos ha faltado.
La actual crisis que provoca una descompensación notable entre el precio de los productos agrarios y los costes de producción está afectando de lleno al sector agrícola, ¿se espera que mejore este panorama? ¿O por el contrario los agricultores “tirarán la toalla” y nuestra economía así como nuestra cultura caerán en picado?
Los agricultores son los últimos que tiran la toalla. Sí es cierto que estamos en un momento difícil, y todo lo que necesitas para la elaboración del vino como luz, productos, combustible, fertilizantes, materiales… ha subido de precio, todo sube menos el vino, y eso es una incongruencia tremenda. Cada vez hay menos agricultores, y las consecuencias de ello es una dificultad enorme para la supervivencia del entorno rural.
No sabría decir de quién es la culpa, quizá de todos; la crisis y la guerra de Ucrania nos ha hecho mucho daño económico pero quienes controla el mercado mayorista no han sabido regularizar los precios, y además nosotros tampoco hemos sabido sujetar el producto. En La Mancha producimos vino de una forma desmedida, y a lo mejor teníamos que controlarnos para darle más valor, eso sí, tendríamos que tener alguna recompensa o ayuda para poder estabilizar el mercado. En definitiva la situación actual del sector es un cúmulo de factores de diferentes responsables.
¿Qué le diría a una familia joven que está pensando en organizar su vida y duda entre hacerlo en La Mancha o trasladarse a otra región?
Que no duden y que se queden en esta tierra. La calidad de vida no se puede comparar con la de otras ciudades superpobladas y grandes capitales pero sobre todo la economía es incomparable. Puede que una ciudad como Madrid ofrezca más oportunidades laborales, porque evidentemente es más grande que un pueblo como Campo de Criptana, pero irte a la capital no te garantiza que encuentres un trabajo estable con un sueldo decente, y mucho menos te garantiza que puedas pagar un alquiler, comprar una vivienda o pagar la gasolina, y eso en un pueblo es mucho más viable.
Por otro lado, ¿qué le diría a una mujer que quiere dedicarse al mundo de la agricultura en cualquiera de sus ámbitos?
Yo soy mujer y jamás he encontrado dificultad para ejercer mi trabajo y mi pasión, que es el campo, siempre me he sentido valorada. Le diría que ponga todo su esfuerzo e ilusión, porque no hay mejor cosa que dedicarse a lo que uno le gusta, ya sea hombre o mujer.
¿Cómo ayuda esta cooperativa criptanense a fomentar y difundir la cultura manchega?
Hemos comenzado por realizar varios eventos en nuestra propia cooperativa, en las instalaciones de la bodega. Tenemos un mural en una de las paredes de las naves que es una obra de arte, un proyecto inclusivo en colaboración con el Centro Ocupación Rogelio Sánchez Ruiz, además también estamos haciendo desayunos solidarios, concursos y exposiciones de fotografía. La idea es abrir las puertas de esta cooperativa, que la sientan como suya, como parte de su vida en comunidad y de su identidad.
¿Qué es para usted La Mancha y cómo considera que podría reivindicarse o potenciarse nuestra cultura?
Yo siempre digo que pienso en manchego, La Mancha es mi vida, soy de aquí y la vivo con alegría. La mejor forma de reivindicar nuestra tierra es que la gente vea lo felices que somos aquí, potenciando lo nuestro, que contemos al mundo lo que somos. Pero no solo contándolo, si no viviéndolo. Para mí La Mancha es campo, porque es nuestra origen y nuestra vida, pero también es alma porque es lo que somos, nuestra identidad y nuestro espíritu.