Por Patricia María Illescas Serrano
Las historias contadas a lo largo de las generaciones con ciertos toques de misterio siempre tienen una parte de verdad. Conozcamos alguna de estas leyendas acontecidas en la localidad criptanense.
Poca importancia se le da a la tradición popular en cuanto historias y leyendas en La Mancha, que son el germen de las costumbres, supersticiones y origen de palabras o topónimos locales. Cervantes hizo un gran favor a la región dando a conocer a través de las famosas andanzas de Don Quijote a lo largo y ancho de nuestra tierra, no obstante parece ser que es lo único que se conoce de la cultura popular del territorio manchego, y la realidad es que hay un sinfín de historias relacionadas con cada uno de los pueblos de la comarca. Como hemos comentado en entradas anteriores, la etimología de los nombres de los municipios tienen que ver con esas leyendas, es el caso de Campo de Criptana, campo de cuevas, cavidades subterráneas que esconden infinidad de secretos que hoy verán la luz.
Y hablando de cuevas, se dice que para averiguar el fondo de la Cueva de La Laguna que hoy nos concierne y saber si tendría o no salida por otro extremo, allá por el siglo XVI los criptanenses enviaron a dos gansos en el interior de la cavidad, ambos animales salieron vivos de allí, lo que les dio pie a saber que el interior era seguro y un posible lugar de refugio. Y es que precisamente esta cueva fue el lugar donde estuvo oculta una de las imágenes religiosas más veneradas por los oriundos de la localidad, la Virgen de Criptana, que etimológicamente puede significar “la virgen de la cueva”.
Cuenta la leyenda que el mismísimo apóstol Santiago en el 43 d.C en su recorrido por la antigua Hispania, decidió parar en la villa de Campo Criptana debido a que el cerro (donde hoy se localiza el santuario dedicado a esta imagen mariana) le permitía predicar La Palabra desde una altura considerada con un gran aforo de gente que le escuchara. Al ser tan bien recibido en la localidad y encontrar tantos fieles, decidió regalarles una imagen de la Virgen María. Los habitantes conservaron como oro en paño aquel regalo del santo, pero como muchos otros pueblos cristianos a partir del 711 d.C con la entrada de los musulmanes en la península, por temor a que destruyeran la imagen, la ocultaron en una cueva, en la Cueva de La Laguna. Tras la victoria de los reinos cristianos en Batalla de las Navas de Tolosa en Jaén, La Mancha estaba libre del gobierno musulmán, y fue entonces cuando a penas 10 años después, un labrador de Villajos junto a su mujer pararon a descansar frente a la cueva, donde se apareció la imagen que había estado guardada y olvidada tantos años atrás por miedo al sacrilegio musulmán. Desde entonces, y por segunda en vez en la historia de Campo de Criptana, la virgen volvió a ser venerada en la localidad convirtiéndose en su patrona.
Es más que común encontrarnos historias de imágenes que aparecen milagrosamente tras la ocupación de los musulmanes, no obstante, el origen del nombre de la virgen guarda similitud con la leyenda y podría ser totalmente cierta. Y no fue una si no dos veces las que la Virgen de Criptana llegó a manos de los habitantes de esta villa que hoy le guardan tanto amor y veneración.