Juan Carlos Moraleda Gamarra nació en Toledo en el mes de marzo de 1975. Es padre de tres hijos y su familia se dedica, desde hace varias generaciones, a la agricultura, aunque Juan Carlos ha pasado toda su vida relacionado con la formación en centros educativos, aunque no ha perdido de vista el campo. Realizó estudios de Formación Profesional en la rama Explotaciones Agropecuarias y después, en la Universidad, estudió la Licenciatura de Ciencias del Trabajo. Hace 24 años que es profesor y desde hace tres cursos es director en Efa Molino de Viento de Campo de Criptana.
¿Qué es la EFA? ¿Cómo surgió? ¿Cuál es su historia y cómo ha sido su asentamiento tanto en Campo de Criptana como en Alcázar de San Juan?
EFA Molino de Viento es un centro de enseñanza que, este año, celebra sus cincuenta aniversarios, por lo cual podemos decir que es un centro plenamente consolidado en la comarca y que sirve como referencia a nivel formativo. En Campo de Criptana somos el único centro de Formación Profesional, trabajamos en ello desde el principio, más adelante se incorporaron las enseñanzas de ESO y Formación Profesional Básica.
El proyecto nació como respuesta a la necesidad de mejorar la formación y el medio de vida de las personas que vivían en el entorno rural, en ese momento, con poco desarrollo y una emigración masiva a las ciudades. Desde entonces se ha fomentado la formación dirigida a los sectores agropecuarios y de industria agroalimentaria, que son la base de nuestro desarrollo local y regional.
Las EFAS son centros de formación profesional dual y educación secundaria, situados en zonas rurales. Se fundaron en 1967. Nuestro objetivo es la mejora y promoción de las zonas rurales a través de la formación de las personas, de modo que sean esas personas quienes transformen y mejoren el medio en que viven. Impartimos cursos de formación profesional reglada, cursos de formación para desempleados, para profesionales y empresas y educación secundaria obligatoria. Además, promovemos otras actividades no formales orientadas a la mejora personal y profesional de las personas del entorno rural y al emprendimiento: jornadas, reuniones profesionales, convenios, convocatorias de becas…
Los tres pilares en los que se basa una EFA en La Mancha: educación personalizada, pedagogía propia en Formación Profesional y amplia participación social.
Hay tres pilares fundamentales que dan vida a vuestro proyecto, ¿nos los podrías desgranar?
En primer lugar, una educación personalizada. Nos basamos en una formación integral del alumno, de la persona: profesional, intelectual, humana, social, moral, espiritual, que le permita desarrollar su propio proyecto de vida, con una atención específica al proyecto profesional personal y (si es posible) a partir de y en su propio medio de vida. El proceso educativo se basa en el esfuerzo y trabajo personales de los alumnos, para ayudarles a conseguir la formación, la madurez y los conocimientos necesarios para adoptar sus propias decisiones con criterio, rectitud y libertad. Respetamos la libertad de cada alumno y colaboramos estrechamente con las familias, en el caso de los menores de edad, pues entendemos que los padres son los primeros educadores de los hijos.
En segundo lugar, una pedagogía propia en Formación Profesional. La alternancia supone el reparto de periodos formativos entre el medio socio-laboral y la EFA, ya sea en el propio negocio y entorno familiar o bien en otra empresa de la zona. Siempre con una interacción educativa entre la EFA y el medio. Desde nuestros inicios en 1967, la Metodología Dual Empresa Aula MEDEA es nuestro sistema pedagógico para la Formación Profesional Dual que alterna periodos de formación en el aula con periodos de formación en la empresa. Proporcionamos una formación académica de prestigio, atendiendo a las últimas innovaciones tecnológicas y a las demandas del mercado laboral, dando prioridad a una formación activa, práctica y pegada a la realidad. Avalan esta metodología más de 50 años de experiencia.
En tercer lugar, una amplia participación social. Cada EFA asocia en torno a ella a familias, instituciones locales, profesionales, empresarios, antiguos alumnos, etc. Ellos son los protagonistas en la vida de la EFA y aportan conocimientos, tiempo, apoyo, etc. Cada EFA nació como asociación de personas del medio rural que buscaban contribuir a la mejora de este. Pueden formar parte de las asociaciones: familias de alumnos, antiguos alumnos, profesionales, empresarios… y cualquier persona que se identifique con los fines y principios de las EFAS. En el proceso de formación de nuestros alumnos colaboran activamente sus familias, antiguos alumnos, empresarios e instituciones. Además, contamos con un profesorado comprometido y bien formado técnica, humana y profesionalmente.
Una EFA, como el resto de centros de formación, fija población. Y más si las modalidades ofertadas se adaptan a la oferta laboral de la zona; y algunos pueblos de esas zonas corren el riesgo de perder población, ¿cómo se construye esa cadena? ¿Qué consecuencias tiene no hacerlo con centros formativos?
Como he indicado antes, la EFA surge para llenar esas necesidades formativas de los jóvenes de la localidad y la comarca, en un tiempo en el que pocos se formaban y muchos emigraban, creímos fundamental el aportarles unas herramientas formativas que les ayudaran a sentar las bases para el desarrollo local. Desde entonces han sido muchas las promociones de alumnos que se han incorporado al mercado laboral y que hoy trabajan, unas veces como operarios y otras como directivos, en las múltiples empresas del sector de Campo de Criptana.
Cuando hablas con compañeros de gremio de otras comarcas o regiones más pobladas, ¿qué echas en falta o valoras más respecto a la nuestra?
Los profesores de EFA Molino de Viento nos centramos en la enseñanza personalizada del alumno, una pedagogía basada en la experiencia, desde el principio hemos trabajado con lo que actualmente se llama FP dual, y que desde sus inicios nosotros ya utilizábamos como medio de enseñanza-aprendizaje bajo la denominación de alternancia educativa. Podemos decir que hemos sido pioneros del método educativo que actualmente se implanta desde Educación.
Nuestro centro está dotado de instalaciones que ayudan a esa formación del alumnado (bodega, laboratorio, zona de cultivo,…) que son complementadas por las prácticas en empresas del sector, con lo cual nuestros alumnos acceden al puesto de trabajo con unas resultados de aprendizaje que les permiten incorporarse sin ningún problema.
¿Qué echa en falta en el desarrollo económico de esta comarca? Y, por el contrario, ¿qué valoras más del crecimiento o no en cuanto a la economía se refiere en nuestros pueblos?
Echamos en falta una mayor apuesta de todas las administraciones públicas por el desarrollo regional endógeno, puesto que, a pesar de los grandes avances económicos producidos en las últimas décadas, todavía estamos sufriendo un proceso de despoblación y de falta de oportunidades para la gente joven. Las empresas del sector agroalimentario, bodegas, almazaras… en las últimas décadas han crecido enormemente y se han asentado, sin embargo, sería necesaria una mayor diversificación industrial y una mayor externalización de nuestras empresas, aunque es cierto que, últimamente, su presencia en el mercado internacional va creciendo día a día.
“Si los tres sectores de la economía (actividades agropecuarias, industrias y sector servicios) se desarrollan convenientemente conseguiremos que la comarca no sólo no pierda población”
El asentamiento de grandes empresas en municipios de la comarca Mancha Centro ayuda a fijar población y, al fin y al cabo, a asentar vida en esta zona que, de otra forma, estaría abocada a lo que otras regiones sin desarrollo industrial y solamente con economía agraria están experimentando, ¿qué beneficios o perjuicios tiene eso?
La zona de la comarca Mancha Centro es fundamental para un desarrollo regional armónico (actividades agropecuarias, industrias y sector servicios), si los tres sectores de la economía se desarrollan convenientemente conseguiremos que la comarca no sólo no pierda población, sino que la incremente. Por poner un ejemplo, creo que la industria agroalimentaria aún tiene un enorme futuro de crecimiento lo que supondrá riqueza y empleo para esta comarca, dando vida a zonas que se estaban quedando despobladas.
¿Cómo cree que será La Mancha dentro de 20 años, de qué viviremos, como serán las ciudades y pueblos de nuestra tierra?
Creo que serán pueblos más o menos iguales, con mayor desarrollo, aunque no crecerán en demasía si tenemos en cuenta los datos demográficos y de natalidad de los últimos años, que suponen un envejecimiento de la población.
¿Ya sabemos cómo cree que será esta tierra, nos puede contar cómo desea, cómo quiere que sea…?
Nos gustaría estar en una de las regiones punteras y referentes de los sectores agropecuarios y de la industria agroalimentaria de la UE, con un mayor desarrollo de otros sectores industriales y de servicios.
¿Qué necesita esta comarca para un mayor desarrollo y crecimiento en los próximos años?
Los pilares económicos de la región están asentados, aunque hay enormes retos que solucionar: modernización de la agricultura, cambio climático, gestión hídrica, generar mayor valor añadido de los productos agroalimentarios, externalización de exportaciones, mayor desarrollo industrial, turístico, etc. Creemos que estos 20 años futuros suponen todo un reto económico, social y demográfico para la comarca, que se cumplirán si hay una implicación de todos los sectores productivos y administrativos.
Para terminar, ¿nos da algún consejo para las personas que lean la entrevista?
Tenemos que querer mucho a nuestra región y que tengamos unidad ante los grandes retos económicos, sociales y demográficos a los que nos enfrentamos actualmente y en décadas venideras.