Por Juan Francisco Prado Sánchez-Cambronero, doctor en Historia del Arte y director del Centro de Estudios Herencianos.
En materia patrimonial, los ayuntamientos poseen una responsabilidad directa para la conservación y enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico. Esta obligación está recogida en nuestra Carta Magna y también lo vemos en la Ley 7/1985 de 2 de abril Reguladora de bases de régimen local, donde se otorga a los ayuntamientos competencias en materia de patrimonio histórico-artístico. Estas obligaciones en muchas ocasiones son desoídas en el ámbito municipalista, derivando incorrectamente a la administración autonómica la obligación de conservar y mantener el patrimonio de nuestros pueblos.
Existen dos tipos de proyectos patrimoniales que pueden afrontarse desde un ayuntamiento: los previstos y los imprevistos. La restauración de la escultura del busto de Miguel de Cervantes en Herencia es del segundo tipo. No por falta de planeamiento, sino por la obligatoriedad de actuar de urgencia ante un problema que puede agravarse. Son en este tipo de proyectos donde se puede palpar la sensibilidad de un ayuntamiento hacía este tipo de cuestiones, ya que desgraciadamente en nuestra sociedad se abordan cuando el daño a un bien patrimonial es irreversible. Este no es el caso de Herencia con la restauración del busto de Miguel de Cervantes ubicado en una de las plazoletas más emblemáticas de la localidad.
El Ayuntamiento de Herencia realizó en noviembre pasado una actuación de restauración y puesta en valor del busto de Miguel de Cervantes. La plaza tiene unos 70 años de historia, se urbanizó a mediados de los 50 del siglo XX, y aunque pueda parecer que hoy día este espacio es el centro del pueblo, en aquella época no era así. Herencia casi terminaba en el lugar que hoy conocemos como La báscula. Las obras de la primitiva plaza de Cervantes fueron una de las más importantes de su época, pues supuso una mejora del tráfico rodado y la creación de una pequeña zona ajardinada. Además, esta obra, que duró algunos años, conllevó también el adoquinado de la plaza Cervantes y de un importante tramo de la calle homónima hasta la calle Tahona, en lo que antaño era conocido como “esquina de las Curetas”. Esta obra se inauguro en 1953, durante la alcaldía de José Buitrago Moreno-Palancas.
La escultura de Cervantes que allí se ubica desde entonces, es el primer monumento público de Herencia. Se trata un busto del autor del Quijote sobre un pedestal jónico de algo más de dos metros. Esta primera escultura pública de Herencia, fue realizada por el escultor J. Gutierrez, a cuyos cinceles también se debe, entre otras, el monumento a Gabriel Enríquez de la Orden existente en el interior de la iglesia conventual de La Merced. La escultura es un busto en piedra blanca que representa una figura hierática, sin expresividad con la mirada de Cervantes perdida, era el estilo de este autor. La hoja de laurel que formaría parte del pedestal se había perdido con el tiempo y la escultura estaba casi oculta entre la vegetación, Estamos ante un espacio emblemático que ha soportado estoicamente el gran tráfico rodado de la N420, ahora CM3165 a través de las décadas de los años 50, 60, 70, 80 hasta su remodelación en 2018 y su veto al tráfico durante las noches de los fines de semana en verano.
La escultura en el momento de su restauración presentaba distintas pérdidas y disgregaciones debido a la piedra arenisca en la que está esculpida. En concreto tenía fisuras en la nariz, barba manos y gorguera, fruto de las heladas, humedad y cambios de temperatura provocados a lo largo del tiempo. La empresa con la que se contó para la restauración fue Da Vinci Restauro, avalada por el Centro de Restauración y Conservación de Castilla-La Mancha, dependiente de la viceconsejería de Cultura. Su intervención consistió en una limpieza y tratamiento consolidante, además de la inserción de espigas de fibra de vidrio en zonas más expuestas. Del mismo modo se procedió al relleno y consolidación de las grietas más peligrosas ubicadas en la nariz y manos de la escultura y un tratamiento fungicida que protegiera el busto para el futuro. Se aplicó un recrecido de volúmenes con pigmentos que se asemejaran al color de la estatua y se limpio la base de granito.
Paralelamente, en la peana de granito se introdujeron los elementos que se perdieron con el paso del tiempo, esto son dos ramas de laurel y varias letras que se habían desprendido. Para ello ha sido necesario reconstruirlos a base de fotografías históricas tomadas en el momento de la inauguración del monumento en 1953. Se ha utilizado la misma tipografía que se utilizo antaño, eso sí utilizando nuevos materiales en lugar del latón original. La empresa local Tecnoseñal, ha sido la encargada del trabajo, utilizando una gama cromática similar, aunque el espectador al acercarse puede identificar y reconocer lo original de lo reconstruido para garantizar el cumplimiento de Ley de Patrimonio Histórico Español (art. 39) y la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha (art. 28).
También se ha afrontado la iluminación de la escultura para realzar y poner en valor el conjunto. Para ello, se estudió la forma más correcta de iluminarlo, por medio de un proyecto que enfatizara las características estéticas propias de la escultura. Se optó por una luz cálida oblicua que no acentuara el hieratismo de Cervantes, ya que una luz en plano nadir o frontal hubieran resultado grotescas o demasiado planas sobre los volúmenes del rostro. La iluminación trasera se ha planteado como un halo más amplio para generar un recorte en la silueta de la estatua al ser observada de frente.
Paralelamente a todo el proyecto se realizó un nuevo ajardinamiento en el arríate a los pies de la peana para embellecer todo el conjunto.
Cervantes hoy luce completamente recuperado, y aunque la puesta en valor es muy importante, más importante aún es la protección y conservación a largo plazo. En enero de 2021 sufrimos el temporal Filomena, la humedad y los hielos podrían haber dañado irreversiblemente la figura de Cervantes a través de la pérdida de volúmenes. Cada vez más, nuestras sociedades nos hacen movernos en márgenes cortoplacistas, dando valor exclusivamente a lo inmediato, a lo que se hizo hace 15 días o un mes, pero bajo mi opinión también debemos mirar más allá. Esta restauración fue acogida muy favorablemente en la navidad del año pasado por los habitantes de Herencia, que ven la escultura como un elemento más identitario que artístico o patrimonial. La escultura ya limpia y adecentada se ha incorporado a nuestra retina sin pararnos a pensar en como estaba antes. Pero la verdadera validación del proyecto vino tras el temporal, al comprobar que Miguel de Cervantes había salido de las inclemencias sin ningún tipo de daño, gracias a la previsión del ayuntamiento de Herencia y el buen hacer de las técnicas encargadas del proyecto.
No me ha sorprendido la profundidad y brillantez de Juan Francisco . Es marca de la casa. En esta ocasión hace un repaso normativo al concepto de la responsabilidad patrimonial y recuerda las obligaciones que las administraciones públicas tienen para mantener el patrimonio monumental local, muchas veces deteriorado por la acción del paso del tiempo o por el vandalismo ejercido sobre los mismos. Juan Francisco, toma el ejemplo de La estatua de Cervantes y hace una disección histórica desde su inauguración hasta la reciente obras de conservación. La visión del largo plazo que introduce el autor es oportuna y conveniente. Enhorabuena por tu labor.