Hablar con Ángel Ramírez Ludeña es hacerlo con alguien que lleva La Mancha en lo más profundo. Es abogado especialista en derecho agrario y cooperativo, y derecho de Aguas, agricultor, productor ejecutivo del programa de radio coloquios del vino Onda Cero de Castilla-La Mancha y secretario general de la Academia de Gastronomía regional. El domingo recibirá una de las condecoraciones que más orgullo le hacen sentir, la de “Embajador del Vino Pedroteño”. Hoy nos cuenta sus vivencias y cómo ve esta tierra en la actualidad.
En primer lugar, ¿qué es lo primero que pensó al escuchar que su pueblo le honraría con este reconocimiento?
Desde que me enteré, estoy muy agradecido por ello. Desde hace muchos años, nosotros llevamos produciendo el programa de radio Coloquios del Vino, que en este momento se emite quincenalmente los miércoles en Onda Cero Castilla-La Mancha. El objetivo fundamental es la defensa y promoción de la cultura del vino. Y vino es lo que hay entorno a una copa: todos los productos agroalimentarios de Castilla-La Mancha, los vinos de las Denominaciones de Origen, las IGP… porque la gastronomía de una zona y de un país no es sólo comer, sino también beber. Y eso a veces se olvida.
¿Cuál es su trayectoria?
Mi bisabuelo ya era bodeguero en Pedro Muñoz, Juan Pedro Montoya, luego fue mi abuelo, luego fue mi padre y finalmente he sido yo. De manera que, a raíz de ese contexto y esa vinculación permanente durante toda mi vida con el mundo del campo, hace años tomé la decisión de que hay que ayudar a la gente de la que ahora llaman España Rural, sobre todo en las situaciones jurídicas que pueden aparecer en todo lo relacionado con el campo y con su contexto normativo.
¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta el sector hoy día?
En primer lugar no me gusta utilizar la palabra sector, sino gremio. Porque el sector es algo muy indefinido. ¿Problemas en Castilla-La Mancha? Haciendo una autocrítica constructiva, creo que debemos apostar por la calidad del vino que se produce. Si esta región supone el 50% del viñedo de España, también debería ser el mayor gestor y representante de todo el vino del país, y lamentablemente en este momento ese hecho no se produce, por lo que hay que apostar por esa calidad, por la comercialización, por la distribución y la celebración de actos como el del domingo en Pedro Muñoz que pretenden poner de manifiesto y darle visibilidad a los vinos que se hacen en la localidad. Y felicito al Ayuntamiento porque lo ha puesto en marcha un año más.
¿Qué significa el cooperativismo para esta tierra?
El cooperativismo es una suma de intereses. En un momento determinado, un grupo de personas se reúnen en cualquier gremio para defender sus intereses, gestionar sus ventas, y me parece una buena idea como concepto empresarial. Otra cosa es el déficit de gestión cooperativa que se ha producido en algunas de ellas a lo largo de la historia, algo que se está solucionando y está evolucionando mucho últimamente. En muchos pueblos, las cooperativas son las grandes multinacionales del lugar, y el poder y la importancia que representan es fundamental para el día a día de las localidades.
Además del económico, ¿qué representa también una Cooperativa como actor social?
Esa suma de intereses que representan los socios de una cooperativa y sus propietarios debe extender su influencia y sus necesidades a nivel social. Y muchas de ellas están vinculadas a otro tipo de decisiones. Pero en el ámbito político, que es el que nos influye nuestra vida diaria y cotidiana, deben hacer esa unión para trasladar a quien corresponda la defensa de sus intereses, por supuesto.
¿Qué destaca de La Mancha y sus virtudes? ¿Por qué quedarse aquí?
Es donde mejor se vive. En Castilla-La Mancha hay una gran cantidad de oportunidades que pueden plantearse en todos los aspectos: profesionales, económicos, sociales, agrícolas… Yo soy más partidario de la individualización que de la globalización, y que cada uno estructuremos nuestra vida como consideremos. Las grandes ciudades son necesarias, pero otra forma de vida es posible en el siglo XXI y La Mancha es el mejor ejemplo.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia y como ha cambiado la sociedad manchega?
Los recuerdos de mi infancia en Pedro Muñoz son fantásticos. Muchos de los buenos y grandes amigos son de aquella época. Nosotros jugábamos a balonmano con Don Isidoro Salcedo, director del colegio. Él fue uno de los precursores del balonmano en toda la región, y Pedro Muñoz es uno de los más reconocidos pueblos en los que se ha gestionado ese deporte.
¿Cómo cree que será La Mancha dentro de 20 años, de qué viviremos, como serán las ciudades y pueblos de nuestra tierra?
No sé cómo viviremos, te puedo decir cómo me gustaría que viviésemos. Me encantaría que fuésemos capaces todos los habitantes de esta comarca de generar ilusión, de crear interés y expectación por nuestra forma de vida y por nuestros cultivos. Entiendo que se podrá vivir muy bien, dignamente, fuera del ajetreo que podemos encontrar en cualquier ciudad y, al final, siempre digo que la vida es muy corta para tomar malos vinos. Y el vino es todo lo que nos rodea a nivel general en nuestra vida en La Mancha. Si fuésemos capaces de llegar a esos fines, se viviría fenomenal.