La humanidad creó los patios como centro de reunión, como espacios abiertos dentro de las viviendas donde poder desarrollar la vida familiar y social de la casa. En las primeras viviendas agrupadas en Çatalhöyük, Anatolia (milenios VIII-VII a.C.) el espacio interior ya tenia una función: a través de una perforación cenital desahogaban el humo del fogón central, esto lleva a los expertos a situar aquí uno de los orígenes del patio doméstico. El modelo evolucionó y en las viviendas sumerias de Mesopotamia (S. III a.C.) las habitaciones estaban organizadas en torno a un patio central que estaba rodeado por un balcón corrido organizando las estancias de un segundo nivel, pavimento de ladrillo y un desagüe en el centro. Este concepto de patio se aproxima más a los que encontramos en las edificaciones de hoy en día.
Los romanos, una civilización que destacó por su ingenio arquitectónico, idearon el compluvium. Esto era una habitación ubicada en el centro de la domus que consistía en una gran abertura rectangular en el centro del atrio. La abertura permitía que entrase la luz a las estancias de la vivienda y, además de favorecer la iluminación y la ventilación de las habitaciones, ayudaba en la captación del agua de lluvia que era conducida a una cuenca subyacente, el impluvium, para su posterior uso.
El patio como tal busca satisfacer las necesidades funcionales de sus habitantes, a través de la generación de microclimas, regulando condiciones de iluminación, ventilación, acústica y temperatura hacia la búsqueda del confort. En Herencia no solo han conseguido llegar a cumplir con estas utilidades, también han logrado que los patios de sus casas sean únicos y tengan su hueco en la historia de la arquitectura manchega.
Los patios en La Macha tienen su historia y los de Herencia han conseguido escribir una página en ella. Las características de estos patios son comunes: son de forma cuadrada, se encuentran en la parte central de la vivienda y las habitaciones se distribuyen en torno a él. Unas columnas están distribuidas por su área y sostienen los balcones de la segunda planta de la vivienda que tienen todos conexión con el patio. En el centro se solía colocar una fuente o algún otro motivo ornamental. En estos patios es donde se desarrollaba la vida colectiva de la vivienda, las familias se reunían y disfrutaban en ellos.
Preservación y divulgación de los patios
Desde el Ayuntamiento de Herencia son conscientes de la joya que tienen en el corazón de algunas de sus viviendas y hacen todo lo posible por mantenerlos y darlo a conocer. Durante sus fiestas es habitual que se programen actividades culturales en los patios y que, además, se haga una ruta para que los herencianos y los visitantes puedan disfrutar de esta forma de arte propio. También el consistorio aporta ayudas a las casas para que puedan seguir manteniendo este patrimonio material del pueblo, por ejemplo tienen ciertas bonificaciones que van dirigidas a que las viviendas construidas desde el S.XVIII hasta el S.XX puedan mantener los patios.
Para que no se pierda la cultura arquitectónica de la zona Herencia ha colaborado en la edición de un libro titulado “Patios de Herencia. Patrimonio oculto”. El trabajo es fruto de la colaboración del Área de Bienestar Social y el Centro de Estudios Herencianos, en él se recoge un amplio trabajo de campo que ha permitido localizar, acceder y fotografiar la mayoría de los patios de interés histórico, patrimonial y artístico de la localidad. El proyecto ha conseguido su objetivo que era rescatar esta parte del patrimonio de Herencia y hacerla visible a un público que normalmente lo tiene oculto.