Alce, la ciudad perdida de La Mancha

Por Patricia María Illescas Serrano

Corría el año 179 a.C cuando el pretor romano Tiberio Sempronio Graco recibió la provincia de Hispania Citerior, llamada así por ser la división territorial de la península más cercana a la capital del imperio. Graco llegó a tierras hispanas con el objetivo de continuar la conquista y poner fin a la resistencia de las tribus celtíberas asentadas en lo que hoy es La Mancha, por entonces denominada Carpetania. Tras varios años de conflictos bélicos, los indígenas de Hispania fueron sometidos, no sin antes haber luchado contra sus invasores hasta el final. Uno de las últimas ciudades en caer bajo el poder romano, fue Alce, un núcleo urbano celtíbero, cuyo nombre se pierde en la historia y con él, su ubicación. El historiador romano Tito Livio describió esta ciudad como una gran urbe con gran importancia política dentro del territorio celtíbero y que se encontraba en el camino desde Lusitania (Portugal) hasta Caesar Augusta (Zaragoza), el cual cruza el norte la provincia de Ciudad Real; sin embargo después del fin de la conquista no se supo nada más de ella.

Existen diversas y numerosas teorías sobre la localización de esta gran ciudad perdida que los romanos arrasaron antes de asentarse en ella, y a pesar de que existen muy pocas fuentes o vestigios arqueológicos que sostengan de forma férrea la tesis, todas las hipótesis llegan a un mismo punto: Alcázar de San Juan. La etimología de este municipio se ha asociado siempre al término árabe Al-Kasar que significa palacio fortificado, pero una curiosidad es que Alce proviene de un vocablo griego que se traduce como alcázar. No es esta la única pista que tenemos para pensar que los alcazareños son los herederos de este territorio celtíbero, sino que en palabras de Tito Livio, se sabe que a 9 km de esta famosa ciudad perdida se encontraba el campamento romano desde el que se ejecutaba el asedio, casualmente por aquel entonces ya estaba más que asentada y romanizada la famosa Consaburum,(Consuegra) así como Campo de Criptana. Las crónicas también nos hablan de la cercanía de la famosa Alce con lagunas salinas, una característica poco común en el paisaje manchego, y que solo encontramos en los alrededores de la actual Alcázar.

Se sabe que Alce era considerada capital, una gran ciudad con un peso político importante en el territorio carpetano y que el tiempo que pudo fue el gran dolor de cabeza de los romanos, quizá por eso borraron su nombre de la historia. Hasta la fecha son muchas las pistas pero pocas las pruebas que confirmen que Alcázar es la perdida Alce, y aunque bajo la villa haya restos romanos y celtíberos, no hay suficientes vestigios que sostengan la teoría. Por el momento seguiremos con la duda, aunque algunos historiadores aseguran que si se llevaran a cabo excavaciones arqueológicas más a fondo, unos estratos más abajo, se encontraría la famosa ciudad perdida de La Mancha, Alce.

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