Hablar de Afymos es hablar de superación, de entrega, de lucha diaria por conseguir integrar en la sociedad a personas con capacidades diferentes. Y, además, hacerlo en un entorno rural, lo que era un doble reto hasta hace unos años pero que, con ayudas como las que Mancha Norte ha ofrecido a asociaciones como la socuellamina, el camino es más llano. Ana García, responsable de la Asociación de familiares y amigos de personas con alguna discapacidad, atiende a Nación Mancha y es una nueva protagonista en este portal de divulgación.
En primer lugar, ¿cómo surge y qué necesidades viene a cubrir Afymos?
Surge para cubrir las necesidades de las personas con algún tipo de discapacidad y de sus familias. Afymos se creó en el año 1991, y en un primer momento la atención iba más dirigida al modelo asistencial, pero a día de hoy le damos un valor más biopsicosocial de atención a las personas con discapacidad o con algún tipo de necesidades de apoyo.
Hoy en día, ¿cuántos servicios presta?
Actualmente tiene tres convenios con la Consejería de Bienestar Social para cubrir el Centro de Día para personas con discapacidad, al que acuden 13 personas, el Servicio de capacitación sociolaboral, con 42 personas, y dos viviendas de apoyo en las que residen 12 personas con discapacidad. También tenemos un servicio de terapias, y otro servicio de valoración y diagnóstico y damos además un servicio a alrededor de 80 personas de edades comprendidas entre los 3 y los 70 años. Dentro de las terapias que ofrecemos se encuentran las de psicología, terapia ocupacional, fisioterapia, logopedia, psicopedagogía y neuropsicología. También contamos con una sala multisensorial.
Lo importante, sin duda, es la labor de apoyo a estas personas en pleno mundo rural, haciendo que no tengan que desplazarse a grandes capitales para tener servicios de calidad.
Por ello nuestro objetivo es que las personas y sus familias que tengan algún tipo de necesidad en el sentido de los servicios y recursos que hemos mencionado anteriormente, encuentren respuesta en nosotros sin tener que desplazarse a ciudades, sino que en los entornos rurales puedan existir recursos de este tipo para facilitar la cercanía y el bienestar.
¿Qué sueño os planteabais y veíais como lejano hace unos años y ya está cumplido?
Lo primero fue poder equipar el centro, y eso se consiguió gracias a las ayudas de Promancha -ahora Mancha Norte-. Sin esa inversión, no hubiéramos podido llevar a cabo convenios con la Consejería, y gracias a ella se abrió el centro de atención a la diversidad funcional, con el que se ha conseguido la integración laboral de personas con discapacidad funcional, ofrecer terapias rehabilitadoras, dar una calidad de vida a personas con discapacidad o necesidades de apoyo así como a la población en general porque existen terapias como logopedia, fisioterapia, neuropsicología que no necesariamente vienen usuarios con discapacidad.
¿Cuáles son los ejemplos de integración de los que os sentís más orgullosos?
Por ejemplo, el de un chico muy joven que ha vivido siempre en centros de acogida, y que empezó a vivir con nosotros en una de las viviendas con apoyo, comenzamos a capacitarlo a nivel formativo, laboral y de autonomía hasta que después de 3 años, ha conseguido un trabajo lo que ha posibilitado que logra emanciparse y comenzar su vida fuera de instituciones.
¿Cómo comenzó Afymos?Yo no estaba ahí, porque era muy joven. Se reunieron varias personas con discapacidad y sin discapacidad de Socuéllamos entre las que destacan Juan Antonio Izquierdo Medina, Joaquín Algarra, Juan Torres Molina, Mª José Bello Aparicio, Ana Isabel Mota Cobo y Rosa Munera Fernándeza para unir fuerzas y buscar recursos para las personas con discapacidad de Socuéllamos. La Junta Directiva ha ido cambiando hasta lo que somos actualmente pero no debemos olvidar a aquellas personas que comenzaron su andadura por la defensa de los derechos de las personas con discapacidad.
¿Qué ha aportado Mancha Norte en los últimos años?
Gracias al Grupo de Acción Local, a su ayuda económica y a la gestión que realiza, pudimos equipar por completo el Centro de Atención a la Diversidad Funcional, y dotarlo de equipamiento y materiales innovadores para nuestra intervención.
¿Cuáles son las principales barreras que ves que existen hoy en día en nuestros pueblos para las personas con discapacidad
Hemos hecho bastantes campañas de sensibilización, pero sobre todo en cuanto a la imagen que la población tiene hacia las personas con discapacidad, en cómo se mira a la persona con discapacidad por parte del resto de la sociedad. En la mayor parte de los casos se mira con lástima y con pena. Eso es un error, porque son personas muy felices, personas con unos valores muy importantes, y que incluso tienen menos necesidades de las que nosotros pensamos. Otra gran barrera es a nivel laboral y pese a que la población piense que tienen pensiones, lo que desconocen es que son pensiones de 400 € (si tienes más del 65% de discapacidad) y con eso una persona no puede vivir ni tampoco es contratada. Si una persona tiene menos de este porcentaje, un 63% o menos, ¿qué ocurre? Pues que no tiene derecho a esa pensión de 400 €, presentan una discapacidad, una dificultad incalculable para encontrar un trabajo y también va a ser muy difícil que lo encuentre. Es, también, una dificultad para poder formarse, por lo tanto está abocado a la pobreza máxima y la exclusión social.
¿Qué reivindicaciones haces en este sentido?
Sobre todo, la reivindicación que hacemos en el sector social es muy clara; que las ayudas que nos llegan requieren de unas aportaciones iniciales por parte de nuestra asociación de las que no disponemos. Además las convocatorias de ayudas y subvenciones nos obligan a aportar económicamente una parte pero nos exigen que prestemos un servicio igual o mejor que el público sin olvidar que somos sector privado, sí, pero sin ánimo de lucro.
¿Cómo dibuja La Mancha dentro de 20 años?
En relación al sector de la discapacidad, dentro de 20 años espero estar a la vanguardia en intervención con personas con discapacidad y que se apliquen los derechos de las mismas para ello es fundamental la implicación económica de las Administraciones Públicas.
¿Qué crees que tiene La Mancha y los pueblos de nuestra comarca que no tienen otras localizaciones?
Para mí, la calidad de vida. La cercanía en algunos casos de los trabajos y el sitio donde vivimos. Eso nos hace poder disfrutar más de nuestro tiempo libre, de las familias… lo que no ocurre en ciudades más grandes donde puede haber hasta más de dos horas hasta llegar a tu trabajo y volver a casa.